miércoles, 23 de noviembre de 2011

It's a me

Estaba claro que Super Mario 3D Land iba a ser bueno. No hay Mario malo, hasta los Mario Strikers son majetes. No majetes de sacrificaría mi primogénito por ti, pero si lo suficiente como para ponerle de vez en cuando y que se te pase la tarde sin darte cuenta. Y si, por si solo casi justifica por fin los 250€ que pagué alegremente esperando un poco de majia Nintendera. Al menos mucho mas que comprar gratis un puñado de juegos de hace 15 años en una tienda online que merecería la ira del 15-M mucho mas que Goldman Sachs. Pero me estoy yendo demasiado por la tangente. A lo que iba: hay dos cosas que me han sorprendido mucho del juego.

Dentro del diseño de juegos se habla mucho de las recompensas que se le dan al jugador. Pequeños incentivos, ya sean morales (un logro de Xbox) o digitales (una espada +3) que hacen que el jugador considere un estimulo y que le haga seguir enganchado a ello. Farmville y otros juegos de Zynga hacen de ello su forma de vida, e incluso se ha terminado acuñando el termino "gamification" para aplicarlo en el mundo real y esclavizarnos comprando durante veinte añosla misma marca de cereales y visitando paginas web de forma compulsiva. El caso es que Mario 3DLand lleva esto un nivel mas acá. Sí, un nivel mas acá. Porque en medio de sus niveles se te ofrecen pequeños retos, del estilo de coger un puñado de monedas. Y si lo consigues no te dan puntos para chulear al vecino del cuarto ni una vida extra (bueno, a veces también). Si lo consigues el juego TE APLAUDE. Literalmente: aplausos y ovación. Les falta gritar "Olé, torero". Y juro que se me quedó el culo torcido y pensé en poner algo por aquí mucho antes de que Stephen Totilo escribiera un post al respecto en Kotaku.

Dibujo explicativo


La otra es la evolución del diseño de niveles desde Super Mario 64/Shunshine, pasando por Galaxy. Cuando hace 15 años se sacaron de la manga un mundo 3D en el que mover a un italiano gordo con un mando analógico, a todo el mundo le entraba un paraguas por el ojete. Pero pocos se dieron cuenta de que caer encima de una tortuga era dificil de cojones al meter otro eje más. 15 años mas tarde tenemos un Super Mario Galaxy que es la cosa mas amorosa del mundo y ha vendido 9 millones de copias mientras un New Super Mario Bros Wii que ya quisiera llegarle a la suela de los zapatos va por las 22. Como en Kyoto no son idiotas han tirado por la calle del medio. Los niveles de Super Mario 3DLand están hechos con escuadra y cartabón. Tira hasta el fondo, allí avanza a la derecha, sube hacia arriba vuelve a tirar hasta el fondo y meteté en la tubería. Nada de espacios abiertos en los que perderte, enormes praderas en las que te ataquen goombas desde varias direcciones, o telarañas de cuerdas de goma en las que saltas sin saber que te espera al caer. Miyamoto dirá que ahora acertamos a pegar a la tortuga porque el efecto 3D de la consola nos ayuda a hubicarla mejor en el espacio. Milonga al 90%: lo que realmente facilita caer donde debemos es que ahora atacamos a los bichos claramente desde un eje (el horizontal en la imagen), y solo tenemos que tener en cuenta nuestra posición en el otro (la profundidad) para convertirlo en un achuchable sello de correos. Para ello, la sombra y el 3D ayudan, eso si.

Esto en concreto era un horror, pero las fases de bones eran tan buenas que han acabado haciendo un juego entero como ellas


También debieron tirar por la calle del medio haciendo con Super Mario 3dLand un juego tan cojonudo como Super Mario Galaxy pero con una portada tan horrible como la de New Super Mario Bros. Wii. Pero eso a mi ya no me llamó tanto la atención.

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